La importancia de Tudela tiene un origen musulmán. Fundada a principios del siglo IX por Amrus ibn Yusuf al-Muwaalad por mandato del emir Al-Hakam I, fue una de las principales ciudades de la Península.

La cercanía de Tudela a Zaragoza - capital de la Marca Superior de Al-Andalus - no permitió al rey Sancho I Garcés extender sus conquistas riojanas por la orilla derecha navarra del valle del Ebro, feudo tradicional de los muladíes Banu Qasi. Desde esta época Tudela fue durante varios siglos un crisol de culturas, conviviendo lo musulmán, lo cristiano y lo judío en armonía.

Alfonso I el Batallador conquista Tudela y Tarazona el año 1119 un año después que Zaragoza.

Hasta el siglo XIX Tudela vivió dentro de sus murallas, encontrando lugar para la expansión de la población cristiana con la expulsión de los moriscos (1516 y 1610) y de los judíos (1498).

* * *

En 1186 se documentan las obras del claustro románico.

La Catedral se construye en el siglo XII sobre los restos de la antigua Mezquita Blanca. Fue consagrada la cabecera en tiempos de Sancho VII el Fuerte (1204). La construcción siguió esquemas franceses de Languedoc pero son notables las influencias cistercienses, por lo que la decoración es escasa. Las bóvedas no fueron cerradas hasta muy avanzado el siglo XIV o bien se practicó entonces una reestructuración de las cubiertas, al menos en la parte central de la nave. La portada románica, incipiente gótica, de la fachada de los pies de la nave - la portada del Juicio final - es una de las más bellas de España.

Inicialmente fue concebido el edificio como la Colegiata de Santa María, figurando así hasta 1784 en que fue elevada a la dignidad de Catedral por el pontífice Pío VI

portada del Juicio Final

retablo hispano-flamenco
del altar mayor
siglo XV

retablo gótico de Santa Catalina de la capilla de San Joaquín
atribuido al pintor aragonés Juan de Leví
comienzos del siglo XV

ornamento capa pluvial
con la figura de Santiago Matamoros obra manierista de la sacristía
de la Catedral
bordada en seda y oro
segunda mitad del siglo XVI

detalle del retablo gótico
de la Virgen de la Esperanza
de Bonanat Zahortiga
en 1412

Iglesia de Santa María Magdalena

Iglesia de una sola nave, construida entre finales del siglo XII y el XV sobre las ruinas de un templo mozárabe.

La portada occidental de estilo románico centra un gran interés.


Casa del Almirante
       siglo XVI

Constituye un bellísimo ejemplo de arquitectura palaciega renacentista plateresca del valle del Ebro.

Fue mandado construir por la familia Cabanillas Berrozpe entre 1520 y 1555

Otras familias que vivieron en el palacio fueron: Gómez de Peralta (XVII), Ximénez de Cascante y de Antillón (XVIII), Pedro de Aisa, Barón de la Torre (finales XIX), Pedro Magdalena y León, Eugenia Alaiza. Su última propietaria María Forcada ha llevado a cabo una meritoria restauración de la fachada.


Palacio Decanal renacentista      siglo XV

Fue adquirido, construido y habitado por el Deán, decano del Cabildo de la Colegiata de Santa María de Tudela, elevada a catedral en 1783. Desde entonces se conoció como Palacio Episcopal.

Es adyacente al claustro de la Catedral.

El solar fue adquirido en 1477 con intervención del cardenal y obispo de Tarazona, para lo que el Dean vendió varias casas que tenía en Olite por 100 florines. La obra debió completarse con rapidez pues en los primeros días de 1479 - semanas antes de su muerte - lo habitó la infanta Leonor y desde el Palacio salió para ser jurada reina el 28 de enero. La reina falleció en este palacio días después, el 12 de febrero.

El deán Pedro Férriz había fallecido en septiembre de 1478 y en marzo de 1482 fue designado don Juan de Aragón, en tiempos del reinado de Francisco I de Navarra Foix-Grailly

El escudo de alabastro encima de la portada está encerrado en una laurea con las armas del pontífice Julio II y del deán Villalón. Era éste el que en 1509 escandalizó a los Reyes por haber mandado quitar de la silla del coro, del Palacio del Dean y de otros lugares los escudos con las armas reales y sustituirlos por los emblemas propios de Villalón. Fue esto considerado delito de lesa majestad.

El pontífice Adriano VI se hospedó en 1522 en el Palacio y también lo hizo en dos ocasiones (1551 y 1591) el rey Felipe II . Felipe IV lo haría en 1646 y Felipe V con Isabel de Farnesio en 1719.

tímpano románico de la iglesia de San Nicolás
siglo XII
el escudo de armas del s. XVIII

Tudela medieval


catedral de Tudela

nota: la numeración en el plano se corresponde con la señalada en el texto más abajo


orígenes de Tudela

Alfonso I el Batallador (1073-1104-1134), rey de Aragón y de Navarra, conquista Tudela y Tarazona el año 1119, un año después de Zaragoza.

La importancia de Tudela tiene un origen musulmán en su fundación. Cronológicamente, su origen es sin embargo incierto aunque fue posiblemente fundada a finales del siglo VIII o principios del siglo IX por Amrus ibn Yusuf al-Muwaalad, por mandato del emir Al-Hakam I (796-822). Fue una de las principales ciudades de la Península. Noticias arqueológicas hablan de asentamientos humanos desde el Paleolítico inferior. La villa de Ramalete y el puente sobre el río Ebro, entre otros, atestiguan asentamientos de la época de Roma. Existen noticias y restos arqueológicos diversos que permiten suponer la existencia de pequeños núcleos de población muy antiguos, incluso anteriores a la época romana.

La cercanía de Tudela a Zaragoza - capital de la Marca Superior de Al-Andalus - no permitió al rey Sancho I Garcés (865-905-925) extender sus conquistas riojanas por la orilla derecha navarra del valle del Ebro, feudo tradicional de los muladíes Banu Qasi. Desde esta época, fue Tudela durante varios siglos un crisol de culturas monoteístas, conviviendo en armonía lo musulmán, lo cristiano y lo judío. En el año 1366 Tudela es la villa más poblada del Reyno, estimándose 5.160 habitantes. Hasta el siglo XIX Tudela vivió dentro de sus murallas que con la expulsión de los judíos (1498) y de los moriscos (1516 y 1610) encontró lugar para la expansión de la población cristiana. 

etapas constructivas

La catedral se construye en el siglo XII sobre los restos de la antigua Mezquita Blanca del siglo IX que se había reformado en la segunda mitad del X, próxima a la antigua iglesia de Santa María, templo mozárabe. Se iniciaron las obras hacia 1168 durante el reinado de Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194) y en 1186 se documentan las obras del claustro románico. La dedicación de la iglesia tuvo lugar en 1188 y fue consagrada el ara del altar de la cabecera en 1204, en tiempos de Sancho VII el Fuerte (1154-1194-1234). La construcción del templo protogótico siguió esquemas franceses de Languedoc pero son notables las influencias cistercienses, por lo que la decoración es escasa. Está documentado que las obras seguían en la segunda mitad del siglo XIII en tiempos de Teobaldo II (1238-1253-1270). Las bóvedas no fueron cerradas hasta muy avanzado el siglo XIV o bien se practicó entonces una reestructuración de las cubiertas, al menos en la parte central de la nave. La portada románica, incipiente gótica, de la fachada principal - la portada del Juicio final - es una de las más bellas de España.

Inicialmente fue concebido el edificio como Colegiata de Santa María figurando así hasta 1784 en que fue elevada a la dignidad de Catedral por el pontífice Pío VI (1775-1799) a instancias de Carlos III. 

breve descripción arquitectónica, portadas y torre

Presenta planta de tres naves - más amplia la central - con cuatro tramos, siendo éstos cuadrados en las naves laterales y rectangulares en la central. El crucero consta de cinco tramos, con el central cuadrado, y cabecera de profundo ábside central en hemiciclo entre pares de capillas semicirculares y cuadradas. Tanto las naves como el crucero se cubren con bóvedas de crucería de nervios trebolados que se separan por potentes arcos fajones apuntados con baquetones en sus esquinas. En el primer tramo del ábside mayor se utiliza bóveda de cañón, volteando sobre la cabecera una bóveda gallonada pentagonal. Las capillas absidales intermedias se cubren con bóveda de cañón apuntado y las de los extremos con bóvedas de crucería.

Los alzados de las naves se definen por arcadas apuntadas de arquivolta exterior que montan sobre grandes pilares cruciformes a los que se añaden columnas en los frentes y codillos. Sobre las arcadas de la nave central y aprovechando la diferencia de altura con las naves laterales se abre ventanas dobles apuntadas con óculo superior. El distinto estilo de los capiteles - único elemento decorativo utilizado en la austeridad cisterciense - indica que la nave central en una primera etapa se construyó hasta los arcos, correspondiendo el resto de los alzados y las cubiertas a una fase posterior.

Al exterior, muros de buena sillería rematados con modillones en la parte superior, en su mayor parte aprovechados de la primitiva mezquita. La catedral dispone de tres portadas que se sitúan en los muros hastiales de los brazos del crucero (puertas norte llamada de Santa María y sur llamada de la Virgen) y de la nave central (puerta del Juicio):

     puerta de la Virgen o puerta (sur, de la calle) del Portal (22), o del Rosario (sur, nave de la Epístola). Es la más antigua de la iglesia y sigue todavía esquemas románicos con arco de acceso de medio punto y tres arquivoltas profusamente decoradas con labores geométricas de dientes de sierra y motivos vegetales y rombos. Las arquivoltas descansan en columnas de capiteles historiados. La portada se protege por un gran pórtico de arco apuntado, donde antiguamente los jornaleros esperaban ser contratados o los auroros, devotos del Rosario de la Aurora, se juntaban para recorrer a las primeras luces del alba las calles de Tudela.

     puerta de Santa María (21) (norte, nave del Evangelio). Su nombre proviene del que se daba al antiguo cementerio convertido en plaza pública. Mantiene el esquema románico aunque el arco es ligeramente apuntado y abocinado. Tiene tres arquivoltas profusamente decoradas predominando lo vegetal. Los capiteles están también historiados, en los que se representa a San Martín de Tours dando la capa al pobre y el martirio de San Juan Bautista. Incorpora un tímpano sin decorar, lo que no hace la puerta de la Virgen.

     puerta del Juicio (20) (oeste, a los pies de la iglesia). También llamada "Puerta Pintada", preside la fachada principal. De estilo gótico temprano por la estructura - aunque todavía románico por la iconografía que se inspira en modelos franceses del último románico y especialmente en la portada sur del Juicio Final de la catedral de Chartres  - con arco ligeramente apuntado y ocho arquivoltas abocinadas. Se data a principios del siglo XIII. Constituye uno de los mejores conjuntos del arte medieval navarro debido a su meritoria labor escultórica de complicada iconografía en las arquivoltas y en los capiteles. Muestra la historia de la humanidad: la creación del hombre, su pecado y el premio o el castigo correspondiente, con una intención moralizante. En las arquivoltas presiden sus claves el Agnus Dei, la Virgen, un ángel, un mártir, un rey, un obispo y otro rey, distribuyéndose a la izquierda 52 dovelas con los bienaventurados por parejas así como con escenas de la Resurección, y a la derecha 53 con los condenados que sufren diversos castigos correspondientes a sus pecados: avaricia, lujuria, gula, usura, etc. aplicados por demonios, y también con escenas de la Resurección. El tímpano está sin decorar y apoya sobre ménsulas de ángeles trompeteros. La portada debió haber estado policromada en otro tiempo.

     torre nueva. Es la empresa arquitectónica más importante del siglo XVII en la Catedral, que se construye junto a la fachada principal, por el lado del Evangelio. La torre, de ladrillo, domina con su perfil el panorama de la ciudad desde todos los ángulos. En 1676, a los pocos días del derrumbe de una torre anterior, el Ayuntamiento de la ciudad acuerda su construcción. Consta de tres cuerpos, el primero elaborado en piedra, de planta cuadrada, y los dos superiores, de ladrillo. La torre concluía con un chapitel de madera forrado de plomo, de gran altura, que se destruyó en 1747 a causa de un gran incendio. En el hueco de esta torre se ubica la capilla San Antonio, de planta central con cúpula, que alojó en su recinto el Monumento hasta que en 1954 se traslada a la capilla de Santa Ana. 

presbiterio, capillas y retablos

Preside el presbiterio un magnífico y monumental retablo mayor (1) de estilo hispano-flamenco pintado entre 1487 y 1494. El conjunto sorprende por su fastuosidad y riqueza, conseguidas fundamentalmente en la mitad inferior del retablo merced al dorado de los fondos y de los nimbos así como el drapeado de los ropajes. El interés se centra en la figura humana y sus ropajes, sin excesiva atención a los efectos de perspectiva. Particularmente bello es el Cristo Varón de Dolores así como las figuras de la Virgen y de la Magdalena que lo encuadran. A la pintura hay que añadir un bello grupo escultórico de principios del siglo XVII que se alberga en la calle central y representa la Asunción. La calle central aparece destacada por un esbelto chapitel calado sobre cuya culminación descansa una pequeña talla de Cristo Crucificado.

La mesa del altar del presbiterio es una magnífica obra de hacia 1200, tallada en piedra con arquerías sobre columnillas con capiteles de pencas.

Acompañan al altar mayor de la catedral 14 capillas:

capillas absidales:

      capilla de San Juan Evangelista (2), actualmente de la Virgen Blanca. Antes llamada de San Lorenzo, se ubica en el ábside correspondiente a la nave de la epístola. Un modesto retablo de San Juan Evangelista fue trasladado inicialmente al hueco existente al pie de la torre nueva. Actualmente se venera en esta capilla la talla en piedra románica de la Virgen Blanca, primitiva titular del templo, descubierta en 1930 detrás del retablo mayor. La imagen, que data del siglo XII, es anterior a la catedral y tratándose de una talla románica exenta de gran tamaño, realizada en piedra por el mismo taller escultórico que trabajó en el claustro. Conserva parte de su policromía original y pertenece al modelo Sedes Sapientae. Parece ser la imagen en cuyo honor se realiza la Colegiata de Santa María (actual Catedral), ocupando el altar mayor hasta que se colocó en este lugar el retablo gótico hispano-flamenco. Se trata de una imagen relicario, ya que en su interior conserva un hueco en el que se custodiaban reliquias. Además de esta talla hay dos sepulcros góticos, el adosado al muro de influjo flamenco, que encargó antes de 1418 el deán Sancho Sánchez de Oteiza - más tarde obispo de Pamplona - que finalmente fue enterrado en la catedral de Pamplona, aprovechándose su sepulcro para enterrar al deán Basilio de Carmago y Castejón  (+ 1673), y una lauda sepulcral, fechada en 1390, de Richard Alexandris, canónigo de Tudela, limosnero de Carlos II de Navarra Evreux (1332-1349-1387) y rector de Aibar.

       capilla de la Virgen de la Esperanza (3). Se localiza en el ábside extremo del lado de la Epístola, cerrada por una espléndida verja de hierro del siglo XV, de estilo gótico flamígero con arco conopial de ingreso y crestería erizada de hojas puntiagudas. Preside la capilla un monumental retablo de la Virgen de la Esperanza realizado en estilo gótico internacional antes de 1412, encargado por el Canciller Villaespesa. Todas las escenas presentan un acusado carácter lineal con dibujo preciso y profusión de figuras sumadas a elementos paisajísticos en cada una de las composiciones. El color es rico y variado con amplia gama de tonalidades de gran viveza.

En su interior contemplamos también el magnífico sepulcro - tipo arcosolio con gran arco conopial - del Canciller Francisco de Villaespesa (+ 1421) y su esposa, noble eclesiástico de origen aragonés que llega a Navarra en el séquito del cardenal Don Pedro de Luna - legado de Clemente VII - donde casa en 1396 con Isabel de Ujué. Alcanzó en Navarra gran reputación como consejero y mensajero de Carlos II de Navarra Evreux y su hijo Carlos III el Noble, llegando a desempeñar el cargo de Canciller del Reino a partir de 1397. El sepulcro es de alabastro policromado y responde al estilo gótico de comienzos del siglo XV, cuyo antecedente más directo se encuentra en el monumento funerario de Lope Fernández de Luna en la Seo de Zaragoza, de finales del siglo XIV. Tradicionalmente se viene atribuyendo el sepulcro tudelano al taller de Jehan de Lome de Tournay, autor del de Carlos III el Noble de la catedral de Pamplona. En el muro del fondo se suceden diversas escenas que representan el cortejo fúnebre en el cuerpo inferior; en la zona media se desarrolla la misa de San Gregorio a la que asisten los propios difuntos y sus familiares y el remate está ocupado por el tema de la Santísima Trinidad, incensada por un par de ángeles arrodillados sobre nubes y rodeados de serafines.

      capilla San Joaquín (10). A esta capilla, ubicada en el ábside correspondiente a la nave del Evangelio, se traslada en 1971 desde la capilla de la Virgen de la Esperanza (3) el bello retablo gótico de Santa Catalina de Alejandría. Se trata de un magnífico ejemplo de la retablística gótica de estilo internacional de influencia italianizante, obra probable de un taller relacionado con el maestro catalán Pere Rubert. Su técnica es óleo y temple sobre madera y la cronología, de principios del siglo XV. Preside el retablo una monumental figura de Santa Catalina con el orante y un rey coronado a sus pies que ocupa todo el ámbito de la calle central. Se corona por un pequeño Calvario pintado en el remate. Sobresale en todas estas pinturas sobre tabla su uniformidad estilística de vivo colorido, con predominio de los tonos brillantes, así como el carácter caligráfico de las figuras - limpiamente recortadas sobre el fondo - de gran dinamismo y expresividad.

      capilla de San Martín (9). Se localiza en el ábside extremo del lado del Evangelio. Se accede por una reja de hierro forjado  encargada en 1556 por el canónigo de Tarazona Martín de Mezquita, cuyas armas aparecen sobre ella y quien encargó también e retablo de San Martín de Toursl de la capilla. Es de estilo transición al Bajo Renacimiento, del siglo XVI, conservando en su repertorio decorativo gran número de motivos platerescos. Su pintura fue contratada en 1578. Las tablas ofrecen un estilo común de calidad discreta, con actitudes y colorido manierista veneciano e intensos efectos de claroscuro, principalmente en la escena de la Oración del Huerto. 

capillas del lado del Evangelio:

     capilla de la Soledad o de la Dolorosa (8). Construida en el siglo XVII, estuvo anteriormente dedicada a la Transfiguración y más tarde a la Visitación, antiguo patronato de los Egüés. Fue reedificada en 1654. Tiene planta cuadrada y presenta una cúpula con linterna decorada con florón de talla y escudo de la época. Se accede por una gran reja barroca realizada en 1783 por mandato de la patrona de la capilla, Ana de Egüés, marquesa de Camponuevo. Preside la capilla un retablo de estilo barroco temprano, realizado hacia 1660. La calle central cobija una gran hornacina de medio punto con frontón curvo partido y con costillas en el remate que ocupa la Dolorosa, realizada en 1951. En el muro del lado del Evangelio se han colocado en peanas las imágenes de grupo de la Visitación en madera policromada, primitivas titulares del retablo. Mantienen rasgos romanistas en los rostros y amplios ropajes con pliegues aristados que sugieren una fecha avanzada del siglo XVII, hacia 1660. El Cristo yacente de la Cama que se encontraba en la capilla de su nombre en lado de la Epístola ha sido trasladado a esta capilla. Se trata de una obra barroca del siglo XVII.

     capilla de Santa Ana (7). Presenta planta central, basándose en un octógono irregular. Se iniciaron las obras en 1716, estando concluidas en 1724 e inaugurándose la nueva capilla en la festividad de Santa Ana del año siguiente. Su abundante decoración, que le confiere su carácter barroco, se basa en la combinación de mármoles y yeserías, como también sucede en las capillas barrocas de la Seo de Zaragoza. Se cubre por cúpula con tambor jalonado por ocho ventanas de medio punto y linterna también horadada por otras tantas ventanas, según la capilla Chiggi que construyó Rafael en Santa María del Popolo de Roma. Un complicado programa iconográfico se desarrolla en la capilla. La preside un magnífico retablo barroco realizado entre 1751 y 1753. De traza mixtilínea muy dinámica, se eleva sobre basamento de mármoles negros y rosas. El gran cuerpo se centra por la hornacina donde se puede admirar en el camarín a la patrona de Tudela desde 1530, Santa Ana. Esta imagen gótica, convertida en imagen de candelero en el siglo XVIII, representa a Santa Ana Triplex, es decir, a Santa Ana, la Virgen y el Niño. El arco de acceso a la capilla presenta una rica portada de yeso flanqueada por cuádruples pilastras de capitel corintio. Se adosan dos esculturas a las pilastras de San Juan Bautista y Santiago. Cierra el arco una rica reja de bronce culminada por la imagen de San Miguel, antiguo titular de esta capilla. Al exterior, la capilla es de ladrillo y preside su frente una gran ventana de arco mixtilíneo ejecutada en piedra que coincide con el camarín interior. Está encuadrada por dos columnas de capitel compuesto que apoyan en mensulones gallonados y con aletones laterales. En el remate hay un escudo de la ciudad.
                    
     capilla de San Antonio o del Monumento (18). Se sitúa bajo la [24002Saa-001k-jpg]torre nueva[24002] construida a partir de 1676, a los pies de la nave del Evangelio. Preside la capilla un retablo manierista de hacia 1630 con algunos repintes neoclásicos. Los lienzos representan a San Bartolomé, San Bernabé, San Judas y un apóstol con libro en las calle laterales; el martirio de San Lorenzo en la calle central y otros en el ático. Todas ellas son pinturas tenebristas de mediados del siglo XVII con fuertes contrastes de claroscuro, destacando los marcos de los lienzos con decoración geométrica de gallones y rombos fuertemente resaltados. La talla de San Antonio que se encuentra en la hornacina central es moderna, de hacia 1950.

     capilla de Santo Tomás de Villanueva (16). Se localiza en el muro exterior del coro por la nave del Evangelio. Preside la capilla un pequeño retablo barroco de Santo Tomás de Villanueva con los escudos del canónigo Agustín de Batúan, patrono a partir de 1666. Ocupa el cuerpo del retablo un buen lienzo del titular dando limosnas a un pobre, de Vicente Berdusán fechado en 1671.

     capilla de Nuestra Señora de los Desamparados (15). Se localiza también en el muro exterior del coro por la nave del Evangelio, junto al retablo anterior. Preside la capilla un pequeño y bello retablo barroco de la titular, de hacia 1740. La hornacina alberga una talla sedente de la Virgen con el Niño, obra gótica de hacia 1300, muy modificada en el siglo XVIII. Mantiene de su aspecto primitivo el óvalo del rostro y el esquema general de la composición, de acusada rigidez. Las telas encoladas que envuelven tanto a la Virgen como al Niño, así como la policromía, fueron añadidos del siglo XVIII. En el ático hay un lienzo dieciochesco con el Abrazo de San Francisco y Santo Domingo. 

capillas del lado de la Epístola:

     capilla del Espíritu Santo 
(4). Fue hasta hace pocos años la parroquia de Santa María la Mayor. El 10 de febrero de 1737 los parroquianos de Santa María y San Julián, piden al Cabildo la unión de las capillas del Santo Cristo y la del Espíritu Santo que se había construido en la cabecera del claustro con entrada por el tránsito al claustro, acordándose de inmediato hacer la actual capilla, que se construye a partir de 1737 y quedando concluida su estructura e incluso sus yeserías al año siguiente. De estilo barroco, la capilla se concibe como una planta combinada, con un tramo cubierto por bóvedas de arista y otro por cúpula ligeramente ovalada sobre pechinas, con linterna. Sigue el modelo de la capilla de San Isidoro de Madrid. La esencia de esta capilla, más que por su estructura, viene dada por la rica y profusa decoración de yeserías. La ornamentación con figuras de yeso policromado de los apóstoles, los santos padres, ángeles y otras figuras se completa en el presbiterio con tres retablos, el del Espíritu Santo que preside la capilla (barroco de hacia 1659, con un gran lienzo de calidad de Pentecostés de la misma época), el del Santo Cristo del Consuelo (lado del Evangelio, barroco, de mediados del s. XVIII), y el de la Purísima Concepción (barroco, de 1743, que alberga en la hornacina avenerada la talla renacentista de la conocida Virgen del Ángel). En la entrada desde la nave se erige una portada de la misma forma que en la capilla de Santa Ana (7), concibiéndose como un arco de triunfo de medio punto encajado por machones a los que se añaden dobles pilastras sobrepuestas donde se sitúan cuatro apóstoles y en las enjutas, ángeles trompeteros. Remata la composición una hornacina bajo dosel que alberga a San Miguel. 

En la sacristía de esta capilla (27) se conserva un bello retablo plateresco de hacia 1550 dedicado a San José, con pinturas sobre tabla fechables en la época del retablo, de estilo manierista con colores tornasolados. La escena de la Virgen con el Niño entre las almas del Purgatorio, en el banco del retablo, destaca por su rafaelismo en el sentido del dibujo y búsqueda de belleza. Las pinturas del cuerpo y del ático presentan en cambio mayor conexión con lo flamenco, apreciable en el colorido más vivo y en el mayor realismo de los rostros, así como en los plegados y composición general de las escenas. En los muros de esta capilla se han descubierto recientemente restos del muro meridional de la antigua Mezquita y un arco de acceso al claustro.

     capilla de Cristo Crucificado (28). Se trata de la antigua capilla del Cristo de la Cama que se abre a la nave de la Epístola y su construcción se llevó a cabo a partir de 1503. Se cubre con una bóveda gótica de crucería. El Cristo yacente de la Cama ha sido trasladado recientemente a la capilla de la Dolorosa (8) y se ha colocado en su lugar una imagen de Cristo Crucificado - antiguo Santo Cristo del Trascoro - que se localizaba anteriormente en la capilla de San Martín (9). Se trata de una bella talla de principios del siglo XVII, heredera del Romanismo en lo que se refiere a la concepción de la belleza y a la anatomía, así como al tratamiento del paño de pureza de pliegues curvos. 

     capilla de San Pedro (19). Construida en el siglo XVI, se localiza a los pies de la nave de la Epístola. Se accede a través de una reja del siglo XVI que ostenta las armas de Villalón. Es de planta rectangular, muy pequeña y se cubre por una bóveda gótica estrellada. Fue autorizada por el cabildo en 1545 a Bartolomé de Villalón, hermano del Deán don Pedro. Preside la capilla un pequeño retablo romanista del titular, del último tercio del siglo XVI. La hornacina central alberga la talla exenta de San Pedro, encuadrado por los relieves de San Bartolomé y San Pablo en las calles laterales. Todas estas figuras, de calidad discreta, presentan rasgos romanistas en actitudes, composiciones y ropajes. En el pavimento, adosado al muro norte, hay una cubierta de sepulcro gótico con la figura yacente de un obispo asistido por dos angelillos turiferarios situados a la altura de sus hombros. Su esquema es semejante al del sepulcro de Sancho Sánchez de Oteiza (capilla 2), de finales del siglo XIV. Se identifica con la sepultura del deán Villalón, aunque por su estilo es anterior. 

     capilla de San José (13). Se localiza en el muro exterior del coro por la nave de la Epístola, frente al tránsito al claustro. Anteriormente estuvo dedicada a San Mauro. Preside la capilla un pequeño retablo barroco de hacia 1670. En la hornacina central se encuentra una talla de San José, del siglo XVIII, y en el ático un lienzo de San Plácido de finales del siglo XVII.

     capilla de la Purificación de Nuestra Señora (14). Se localiza junto a la capilla anterior, frente a la capilla de Cristo Crucificado. Preside la capilla un pequeño retablo de estilo rococó, de la segunda mitad del siglo XVIII. En la hornacina se venera una talla de la Virgen sedente con el Niño, obra romanista de finales del siglo XVI. Queda encuadrada por dos lienzos del siglo XVII con medias figuras de San Juan Bautista y San Francisco Javier. 

baptisterio

Junto a la puerta de Santa María, frente a la capilla de San Martín del ábside, se encuentra un pequeño recinto (30) que alberga la pila bautismal de piedra, del siglo XVI. Otra pila bautismal de alabastro se encuentra entre las capillas de Santa Ana (7) y de San Antonio (17).

coro y trascoro

El Coro (11) es uno de los proyectos que promueve el Deán Villalón a partir de 1519. Destacan en él la verja plateresca de madera tallada con los tableros extremos, por su decoración "a candelieri" y su remate calado. En la tracería gótica de los sitiales se entremezclan aves, animales fantásticos y bustos humanos de sabor plateresco, que marcan el inicio del Renacimiento en Navarra. La estructura del coro es sencilla, de forma rectangular y se construye ocupando los dos tramos centrales de la nave mayor de la Catedral. Compone la sillería un conjunto de 86 sitiales distribuidos en sillería alta [49] y sillería baja [37]. Especial tratamiento recibe la silla del Deán, cubierta con calado pináculo, en cuyo respaldo recuerda Villalón a su protector el pontífice Julio II Della Rovere, cuyas armas y las suyas coloca juntas. Además en los reposabrazos del sitial principal aparecen en medallones los bustos-retrato del Papa y del Deán, uno a cada lado.

El facistol central es obra de 1884 y sobre él se encuentra la talla de Cristo Crucificado de principios del siglo XVII. Se localizan en el coro varias losas sepulcrales de madera tallada, encontrándose al pie de la sillería la del deán Villalón en un relieve con ricas vestiduras y una inscripción de 1538. Esta lauda debió de colocarse en 1800 para sustituir la antigua sepultura de piedra del deán.

El órgano se sitúa sobre el coro y fue ejecutado en Lerín en 1759.

El Trascoro (6) se sitúa frente a la entrada de la Puerta del Juicio y está ocupado por dos grandes pinturas murales de estilo manierista que narran la Resurección de los Muertos y el Juicio Final, a la izquierda y derecha respectivamente, de principios del siglo XVII. 

sacristía, antesacristía y sala capitular

La sacristía (23) es una magnífica estancia, ricamente amueblada con una gran cajonería manierista de 1647, terminada de construir en 1632 y reformada en su decoración en estilo neoclásico, hacia 1792. Se sitúa detrás de la capilla absidial de San Joaquín. Tiene planta cuadrada y se cubre por dos tramos de bóveda de cañón con lunetos. Sobre la cajonería se sitúa un retablo neoclásico con resabios del rococó, de finales del siglo XVIII. Sobre el retablo, un gran lienzo del Nacimiento del siglo XVII copiado de modelos del XVI, traído de Roma. Fusiona influjos de Rafael en el tipo físico de los personajes arrodillados, Leonardo en el paisaje y la figura de la izquierda y de Filippo Lippi en el esquema compositivo de la Virgen y el Niño. En los muros hay otros [24002GdSaa-07-jpg]ocho grandes lienzos del siglo XVII, entre los que destaca por su calidad el del conde de Campomanes de 1780. Se conservan también en los muros dos espejos del siglo XVII de la Real Fábrica. La lámpara de latón es de origen francés, del siglo XIX.

Entre los ornamentos que se custodiaban en la sacristía, debe mencionarse un buen terno rojo de Santiago, obra manierista de la segunda mitad del siglo XVI, destacando especialmente la capa pluvial - muy restaurada - con la figura de Santiago Matamoros con un paisaje en el fondo (museo palacio del Dean).

Junto a la sacristía se encuentra una antesacristía (24) de planta rectangular - de la misma época que la sacristía - que se sitúa detrás del ábside central y lleva bóveda baída su primer tramo y media naranja decorada el segundo. Se encuentra en esta estancia un bello lavatorio de piedra con una pila con copa gallonada y un paramento adosado al muro con pilastras cajeadas que se remata por un frontón triangular culminado en pirámides, de 1743.

La sala capitular (26) es de planta rectangular y su construcción fue aprobada por el Cabildo en 1657, cubriéndose con una bóveda gótica de nervios curvilíneos que apea en trompas. Con una sola excepción del Pentecostés, el conjunto de lienzos sobre la Vida de la Virgen que recubren los muros son de Vicente Berdusán, realizados entre 1669 y 1671. En una pequeña antesala (25) que precede la capitular se encuentra un Cristo a la Columna y se han restaurado unas bellas hornacinas con enmarques pintados imitando pilastras y frontones de diseño mixtilíneo. 

tránsito al claustro y claustro 


Se accede al claustro desde el templo a través de una estancia rectangular (29) del siglo XIII que se sitúa entre la capilla del Espíritu Santo y la de Cristo Crucificado, en el lado de la Epístola. El muro occidental de esta estancia está ocupado por tres grandes arcos apuntados agudos - tipo hornacina - del siglo XIII, que albergan otros tantos sepulcros lisos apoyados en columnas de capitel vegetal. En el muro sur se encuentra otro sepulcro de estructura más compleja que según la tradición pertenece a un familiar de Sancho VII el Fuerte (1154-1194-1234). Se cobija bajo un arco gótico y lleva un tímpano muy apuntado de piedra con decoración de rosetas donde se representa un encantador Calvario gótico policromado que atrae al visitante.

El claustro (5) románico es de finales del siglo XII, bajo el reinado de Sancho VI el Sabio (1132-1150-1194). Juntamente con la portada del Juicio, constituye uno de los conjuntos escultóricos más importantes del arte medieval navarro. Tiene planta rectangular con doce arcos de medio punto en los lados mayores (oriente y occidente) y nueve en los menores (norte y sur). Dichas arquerías se apoyan en dobles y triples columnas, apareciendo en el centro de las crujías pilares prismáticos. Los escultores que realizan este claustro inician su trabajo por la galería Norte, continuando por la galería Este, la Sur y finalmente la galería Oeste, ésta posiblemente ya en tiempos de Sancho VII el Fuerte (1154-1194-1234). Destaca especialmente el conjunto de capiteles desde el punto de vista formal, estilístico e iconográfico. En las galerías Norte y Este se representan escenas de la Infancia, Vida Pública (dentro de este tema es destacable el capitel de la Resurección de Lázaro), Pasión y Resurrección de Jesús. En la galería Sur los capiteles narran escenas de la Muerte de la Virgen y vida y martirio de diversos santos, entre los que destacan el dedicado a Santiago Apóstol y el de San Juan Bautista. Finalmente en la galería Oeste encontramos capiteles con representaciones religiosas y profanas, como capiteles decorativos integrados por decoración vegetal y animal, junto a otros de carácter simbólico, como el tema de la parábola del “pobre Lázaro y el rico Epulón”. 

Ocupando prácticamente toda la crujía oriental del claustro, se encuentra la capilla mudéjar de la Escuela de Cristo que antiguamente estuvo bajo la advocación de San Dionís (12). Su origen es posiblemente del siglo XIII incorporando una decoración de pinturas del siglo XIV o XV en las estructuras de madera que la cubren. Presenta planta rectangular cubierta por una armadura de madera. A los pies se localiza el coro, también mudéjar. El frente de la capilla está ocupado por un pequeño retablo barroco del último tercio del siglo XVII de planta trapezoidal, que contiene en la hornacina central un busto relicario de San Dionís, del siglo XVII. Encima del retablo se sitúa un Cristo Crucificado del siglo XV. Se conserva la antigua sillería gótica del siglo XV de la Escuela de Cristo que consta de 28 asientos adosados al muro. En la sacristía de esta capilla se encuentra una buena talla de San Sebastián en alabastro policromado, de estilo gótico flamenco, de finales del siglo XV. 

Esta capilla está considerada como la Sinagoga Vétula de la ciudad (12). Aquí se pueden admirar documentos facsímiles hebreos, lámparas votivas de sinagoga y una reproducción de  “La Manta”, censo de judíos conversos tudelanos de 1610, que se expuso durante años en la capilla del Cristo. En sus vitrinas se exhiben además ornamentos y libros sagrados de la religión judía, entre ellos la Biblia Kennicot, conocida como la Biblia de La Coruña, del año 1476. Es uno de los manuscritos españoles mas suntuosos.

El ejemplar que se encuentra en la capilla de San Dionis es facsímil integral de la original, escrita a mano en caligrafía sefardí medieval, profusamente decorada, que toma como modelo la Biblia de Cervera. Y el ejemplar facsímil de la Haggadah de Sarajevo, manuscrito aragonés hebraico de hacia 1350.

Junto a la puerta de entrada a la Escuela de Cristo, gótica de arco apuntado del siglo XIV, se halla una ventana geminada con arcos peraltados de medio punto, posiblemente del siglo XII. A continuación sigue un medio punto y una segunda ventana geminada con dos arcos de herradura aplastados que lleva una inscripción del siglo XII.

La crujía sur se corresponde con una serie de dependencia claustrales, dispuestas en tres niveles, que antiguamente sirvieron de bodegas y almacenes. Algunos autores sitúan en este lugar los restos de la primitiva iglesia de Santa María la Blanca.

En el lado occidental del claustro se encuentra una puerta gótica del siglo XIV con arco apuntado que se abre a una dependencia que se denomina la Cárcel.

En el muro norte se alojan varios sepulcros de cronología diversa, siendo el más antiguo románico de finales del siglo XI. 

orfebrería

La catedral de Tudela conserva una extensa colección de piezas de orfebrería. 

archivo

En esta dependencia se conservan diversas obras de arte de escultura y pintura, entre ellas: un Crucificado de altar de estilo barroco de la primera mitad del siglo XVII, de gran belleza, de estilo de la escuela sevillana, atribuido a Martínez Montañés; una talla del siglo XIII con policromía del XVI de Nuestra Señora del Buen Suceso, de estilo gótico popular y resabios románicos; una talla de calidad de la Inmaculada de la primera mitad del siglo XVIII con policromía de época; una imagen filipina de marfil de la Virgen de estilo barroco; tres pinturas sobre tabla gótico-mudéjares de principios del siglo XIV que proceden de la cubierta del sotocoro de la Escuela de Cristo; tabla gótica de mediados del siglo XV de San Lucas de estilo hispano-flamenco; tabla flamenca del siglo XVI del Juicio Final; seis pequeñas placas de alabastro de finales del siglo XVI de origen flamenco, de Malinas; y una bula del altar de Santa Catalina con primorosa miniatura gótica, fechada en 1501. 

piezas arqueológicas

Se conservan varias piezas que constituyen restos de la antigua mezquita tudelana, primitiva construcción de la segunda mitad del siglo IX, que sufrió importantes transformaciones en el siglo X, época de florecimiento del arte califal de Córdoba. Sobresale un esbelto capital decorado con hojas de acanto; parte de una magnífica pila de abluciones con arquillos trilobulados; varios [24002Aka-01c-jpg]modillones labrados a bisel; dos arcos geminados y cuatro almenas. Otras piezas fueron utilizadas en la construcción de la propia Catedral, y algunas se encuentran en el Museo de Navarra en Pamplona.


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